Casa de melilla en sevilla

valla fronteriza de melilla

El descubrimiento de América debería haber dado un gran impulso a la economía española, pero en 1503, tres años antes de la muerte de Cristóbal Colón, se concedió a la ciudad castellana de Sevilla el derecho exclusivo de comerciar con el Nuevo Mundo. Allí se creó la Casa de Comercio para controlar todos los barcos, mercancías y pasajeros, incluidos los misioneros, entre España y “las Indias”. Las colonias americanas fueron tratadas como propiedad privada de la corona y la Casa debía dirigir la máxima cantidad de dinero al tesoro real. Todos los barcos con destino a América debían partir de Sevilla, desembarcar en puertos específicos de la otra orilla y regresar a Sevilla. El explorador Américo Vespucio, que dirigía una casa de negocios florentina en Sevilla, fue nombrado navegante jefe de la Casa en 1508. Se encargó de otorgar licencias a los capitanes de barco y de elaborar mapas de rutas y territorios de ultramar. Se creó una flota para guiar a los barcos mercantes a través del Atlántico y protegerlos de los piratas, y la Casa dirigió su propio astillero.

frontera de melilla

1Las vallas de Ceuta y Melilla proporcionan un modelo que permite estudiar hasta qué punto los propósitos declarados y los objetivos ocultos de los gobiernos se alinean en el establecimiento de las fronteras territoriales. El gobierno español utiliza el reto de la inmigración irregular como argumento para reforzar las vallas de los dos enclaves, a pesar de que los informes insisten en que el número de inmigrantes irregulares que cruzan a España a través de estas dos ciudades o de otros lugares ha aumentado desde la construcción de las vallas a principios de la década de 1990. Esto sugiere que cuanto más se intensifiquen las medidas de vigilancia de las fronteras, más formas clandestinas de cruzarlas se encontrarán.

2Ceuta y Melilla reflejan una larga historia de interacciones entre Marruecos y España. Estas relaciones han fluctuado entre la coexistencia y la confrontación según las cambiantes circunstancias regionales y el equilibrio de poder en la región mediterránea. La presencia española en el norte de África se remonta a la época dominada por una intensa lucha entre cristianos y musulmanes por el control territorial no sólo en la Península Ibérica en toda la región del Mediterráneo occidental. El término español “Reconquista” se refiere a este largo periodo entre 718 y 1492 que terminó con lo que la historia islámica llama la “caída de al-Andalus”. Sin embargo, las ambiciones de las guerras de la “Reconquista” no se limitaron a la recuperación de la Península Ibérica únicamente, sino que incluyeron la expansión del control cristiano al noroeste de África.

bandera de melilla

Limitada por Marruecos, se encuentra en la frontera entre el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico. Es uno de los nueve territorios españoles poblados en África y, junto con Melilla, uno de los dos territorios españoles poblados en África continental. Formó parte de la provincia de Cádiz hasta el 14 de marzo de 1995. En esa fecha se aprobaron los Estatutos de Autonomía tanto para Ceuta como para Melilla.

Ceuta, al igual que Melilla y las Islas Canarias, estaba clasificada como puerto franco antes de la entrada de España en la Unión Europea[5]. Su población está formada por cristianos, musulmanes y pequeñas minorías de judíos sefardíes y de etnia sindhis procedentes del actual Pakistán.

El Estrecho de Gibraltar, que controla el acceso entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, es un importante punto de estrangulamiento militar y comercial. Los fenicios se dieron cuenta de que el estrechísimo istmo que une la península de Almina con el continente africano hace que Ceuta sea eminentemente defendible y establecieron allí un puesto de avanzada a principios del primer milenio antes de Cristo. Los geógrafos griegos la registran con variaciones de Abyla, el antiguo nombre del cercano Jebel Musa. Junto a Calpe, la otra Columna de Hércules que ahora se conoce como el Peñón de Gibraltar, los fenicios establecieron Kart en lo que hoy es San Roque, España. Otros buenos fondeaderos cercanos se convirtieron en puertos fenicios y luego cartagineses en las actuales Tánger y Cádiz.

beni ansar

Melilla es uno de los territorios especiales de la Unión Europea (UE). Los movimientos hacia y desde el resto de la UE y Melilla están sujetos a normas específicas, previstas, entre otras cosas, en el Acuerdo de Adhesión de España al Convenio de Schengen[5].

En 2019, Melilla tenía una población de 86.487.[6] La población se divide principalmente entre personas de extracción ibérica y rifeña[7] También hay un pequeño número de judíos sefardíes e hindúes sindúes. Desde el punto de vista sociolingüístico, Melilla presenta una diglosia entre el español oficial (lengua fuerte) y el tamazight (lengua débil)[8].

El nombre original (actualmente traducido como Rusadir) era un nombre fenicio, procedente del nombre dado al cercano Cabo de las Tres Horcas. Addir significaba “poderoso”[10] La creación del nombre es similar a la de otros nombres dados en la Antigüedad a las salidas de la costa norteafricana, como Rusguniae, Rusubbicari, Rusuccuru, Rusippisir, Rusigan (Rachgoun), Rusicade, Ruspina, Ruspe o Rsmlqr[11].

Por otra parte, la etimología del nombre actual de la ciudad (que data del siglo IX y se traduce en Melilla en español) es incierta. En el pasado, el nombre se relacionó con la miel, como lo demuestran dos monedas antiguas de la época.

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