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Comisión islámica de melilla
Enclave español en marruecos
El Alcalde-Presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla (español: Presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla) o simplemente el Presidente de Melilla, es la máxima autoridad del enclave español de Melilla, actuando como jefe de gobierno y como presidente de la Asamblea de Melilla.
El actual y 5º alcalde-presidente de Melilla es Eduardo de Castro, de Ciudadanos, que ocupa el cargo desde el 15 de junio de 2019[1] Antes de marzo de 1995, cuando se aprobó el Estatuto de Autonomía del enclave, la ciudad formaba parte de la provincia de Málaga.
Al alcalde-presidente le corresponde dirigir el gobierno; nombrar a los miembros del gobierno; representar a la Ciudad; convocar y presidir las sesiones del Pleno;[2] diseñar, desarrollar y ejecutar las competencias que la Constitución encomienda a las ciudades autónomas; dictar reglamentos; ejecutar el presupuesto; dirigir la función pública y contratar, despedir o sancionar al personal a su servicio; dirigir la policía local; dirigir el planeamiento urbanístico; ejercer todas las acciones judiciales para defender los intereses de la Ciudad; y adoptar todas las medidas necesarias en caso de catástrofe.[3]
Crisis de los refugiados en marruecos
La Comisión Islámica de España se reúne periódicamente con representantes de la Administración en la Comisión Paritaria Mixta; además de las comunicaciones coyunturales con el Ministerio de la Presidencia sobre iniciativas legislativas, y con la Dirección General de Asuntos Religiosos del Ministerio de Justicia[2].
En 1967 se promulgó en España la primera ley que permitía a los musulmanes organizarse, después de un vacío de siglos, lo que llevó a la creación en 1968 de la primera Asociación Musulmana local de España en Melilla, y en 1971, la primera asociación nacional, la Asociación de Musulmanes de España (AME), que tiene su sede en Madrid[5].
Al amparo de la Constitución Española se promulga la Ley Orgánica de Libertad Religiosa, actualmente en vigor, y se constituye la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), así como la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI), que juntas constituyen la Comisión Islámica de España (CIE), la UCIDE es miembro del Consejo Musulmán de Cooperación en Europa (CMCE) en Bruselas, que es un órgano consultivo de la Unión Europea. [6]
Lo que pasó en ceuta
1Las vallas de Ceuta y Melilla proporcionan un modelo que permite estudiar hasta qué punto los propósitos declarados y los objetivos ocultos de los gobiernos se alinean en el establecimiento de las fronteras territoriales. El gobierno español utiliza el reto de la inmigración irregular como argumento para reforzar las vallas de los dos enclaves, a pesar de que los informes insisten en que el número de inmigrantes irregulares que cruzan a España a través de estas dos ciudades o de otros lugares ha aumentado desde la construcción de las vallas a principios de la década de 1990. Esto sugiere que cuanto más se intensifiquen las medidas de vigilancia de las fronteras, más formas clandestinas de cruzarlas se encontrarán.
2Ceuta y Melilla reflejan una larga historia de interacciones entre Marruecos y España. Estas relaciones han fluctuado entre la coexistencia y la confrontación según las cambiantes circunstancias regionales y el equilibrio de poder en la región mediterránea. La presencia española en el norte de África se remonta a la época dominada por una intensa lucha entre cristianos y musulmanes por el control territorial no sólo en la Península Ibérica en toda la región del Mediterráneo occidental. El término español “Reconquista” se refiere a este largo periodo entre 718 y 1492 que terminó con lo que la historia islámica llama la “caída de al-Andalus”. Sin embargo, las ambiciones de las guerras de la “Reconquista” no se limitaron a la recuperación de la Península Ibérica únicamente, sino que incluyeron la expansión del control cristiano al noroeste de África.
Enclave de ceuta
Melilla es uno de los territorios especiales de la Unión Europea (UE). Los movimientos hacia y desde el resto de la UE y Melilla están sujetos a normas específicas, previstas, entre otras cosas, en el Acuerdo de Adhesión de España al Convenio de Schengen[5].
En 2019, Melilla tenía una población de 86.487.[6] La población se divide principalmente entre personas de extracción ibérica y rifeña[7] También hay un pequeño número de judíos sefardíes e hindúes sindúes. Desde el punto de vista sociolingüístico, Melilla presenta una diglosia entre el español oficial (lengua fuerte) y el tamazight (lengua débil)[8].
El nombre original (actualmente traducido como Rusadir) era un nombre fenicio, procedente del nombre dado al cercano Cabo de las Tres Horcas. Addir significaba “poderoso”[10] La creación del nombre es similar a la de otros nombres dados en la Antigüedad a las salidas de la costa norteafricana, como Rusguniae, Rusubbicari, Rusuccuru, Rusippisir, Rusigan (Rachgoun), Rusicade, Ruspina, Ruspe o Rsmlqr[11].
Por otra parte, la etimología del nombre actual de la ciudad (que data del siglo IX y se traduce en Melilla en español) es incierta. Como lugar de apicultura activo en el pasado, el nombre se ha relacionado con la miel; esto está respaldado tentativamente por dos monedas antiguas en las que aparece una abeja, así como por las inscripciones RSADR y RSA[12].