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Ciudadanos vitorean la caravana de autobuses que fue atacada cuando se dirigía a La Paz en apoyo a las marchas contra el presidente de Bolivia Evo Morales, mientras regresa a Oruro, Bolivia, 9 de noviembre de 2019. EPA-EPA/EMILIO CASTILLO
Ciudadanos heridos de una caravana de autobuses que se dirigía a La Paz para marchar contra el presidente de Bolivia Evo Morales, son atendidos en por los médicos a su regreso a Oruro, Bolivia, 9 de noviembre de 2019. EPA-EPA/EMILIO CASTILLO
La casa del gobernador del departamento boliviano de Oruro fue incendiada el sábado, presuntamente por manifestantes que se oponen a la reelección del presidente, mientras continuaban las manifestaciones e incidentes generalizados a lo largo del día, con insubordinación policial en muchos lugares.
Los vídeos difundidos por los partidarios del Movimiento por el Socialismo del presidente Evo Morales, al que pertenece el gobernador Víctor Hugo Vásquez, mostraban a un grupo de personas vandalizando e incendiando su casa en la provincia occidental.
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La dimisión ayer del presidente boliviano Evo Morales es un momento importante para la democracia en el hemisferio occidental. Después de casi 14 años y de su reciente intento de anular la Constitución boliviana y la voluntad del pueblo, la salida de Morales preserva la democracia y allana el camino para que el pueblo boliviano haga oír su voz. Estados Unidos aplaude al pueblo boliviano por exigir la libertad y al ejército boliviano por cumplir su juramento de proteger no sólo a una persona, sino a la Constitución de Bolivia. Estos acontecimientos envían una fuerte señal a los regímenes ilegítimos de Venezuela y Nicaragua de que la democracia y la voluntad del pueblo siempre prevalecerán. Ahora estamos un paso más cerca de un hemisferio occidental completamente democrático, próspero y libre.
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LA PAZ, Bolivia – El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció el domingo su renuncia ante la creciente presión de los militares y de la opinión pública, después de que su victoria en la reelección desencadenara semanas de acusaciones de fraude y protestas mortales.La decisión se produjo después de un día de rápidos acontecimientos, incluyendo una oferta de Morales para celebrar una nueva elección. La crisis se agravó dramáticamente cuando el jefe militar del país acudió a la televisión nacional para pedirle que dimitiera: “Envío mi carta de renuncia a la Asamblea Legislativa de Bolivia”, dijo el líder socialista de 60 años, presentando su salida como la culminación de un “golpe de Estado”.
Antes de que Morales terminara su declaración, la gente empezó a tocar las bocinas de los coches en La Paz y otras ciudades y se echó a la calle para celebrarlo, ondeando banderas bolivianas y lanzando fuegos artificiales: “Esto no es Cuba, ni Venezuela. Esto es Bolivia, y a Bolivia se la respeta”, gritaba una multitud en la capital. Se formaron grandes multitudes en las principales plazas de la capital, con muchas personas alegrándose y algunas llorando de alegría. Los manifestantes se acostaron frente al palacio presidencial y prendieron fuego a un ataúd para simbolizar la muerte del gobierno de Morales: “Celebramos que Bolivia es libre”, dijo un manifestante cerca del palacio presidencial.
