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Fake news sobre politica
ResumenEn la campaña presidencial de 2016 en Estados Unidos se produjo una explosión de popularidad del término “fake news”. Este fenómeno plantea interesantes preguntas: ¿Qué fuentes de noticias cree la gente que son falsas y qué cree la gente que significan las “fake news”? Una posibilidad es que las creencias sobre las noticias reflejen un sesgo para no creer en la información que entra en conflicto con las creencias y deseos existentes. Si es así, las fuentes de noticias que la gente considera “falsas” podrían diferir según la afiliación política. Para poner a prueba esta idea, pedimos a las personas que nos dijeran qué significan las “noticias falsas” y que calificaran varias fuentes de noticias según el grado en que cada una de ellas proporciona noticias reales, noticias falsas y propaganda. Descubrimos que la afiliación política influía en las descripciones de la gente y en sus creencias sobre qué fuentes de noticias son “falsas”. Estos resultados tienen implicaciones para la interpretación de la información de las noticias por parte de la gente y para la medida en que la gente puede ser engañada por el periodismo incorrecto.
Cogn. Research 6, 6 (2021). https://doi.org/10.1186/s41235-021-00278-1Download citationShare this articleAnyone you share the following link with will be able to read this content:Get shareable linkSorry, a shareable link is not currently available for this article.Copy to clipboard
Efectos de las fake news a la política
Diane Feist sostiene un cartel que dice “detener el robo” durante una protesta pro-Trump fuera de Oakes Farms Seed to Table en North Naples el miércoles 6 de enero de 2021. (USA TODAY NETWORK vía Reuters Connect)
Estos hallazgos dan lugar a una pregunta que examinamos en un estudio reciente: ¿Por qué algunas personas corrientes difunden noticias falsas y otras no? La respuesta a esta pregunta tiene importantes implicaciones prácticas, ya que las soluciones a la difusión de noticias falsas se basan en suposiciones sobre la raíz del problema. El uso de los esfuerzos de comprobación de hechos para reducir la proliferación de noticias falsas, por ejemplo, se basa en la suposición de que los ciudadanos quieren creer y compartir información verdadera, pero necesitan ayuda para eliminar las falsedades. Si los ciudadanos comparten las noticias en las redes sociales por otras razones, hay buenas razones para creer que las contramedidas como ésta serán menos eficaces.
Comenzamos nuestro análisis preguntando: ¿Qué grado de difusión tienen las noticias falsas? La figura siguiente responde a esta pregunta mostrando cuántos tuits contenían enlaces a diferentes tipos de fuentes de noticias, divididos por la identificación política de los participantes. Los tipos de fuentes de noticias iban desde fuentes de noticias falsas pro-democráticas, pasando por noticias pro-democráticas convencionales, fuentes centristas, noticias convencionales pro-republicanas y, finalmente, noticias falsas pro-republicanas.
Artículos de noticias falsas
La propaganda, la desinformación y las noticias falsas tienen el potencial de polarizar la opinión pública, de promover el extremismo violento y el discurso del odio y, en última instancia, de socavar las democracias y reducir la confianza en los procesos democráticos.
Los términos “propaganda”, “desinformación” y “noticias falsas” a menudo se solapan en su significado. Se utilizan para referirse a una serie de formas en las que el intercambio de información causa daño, intencionadamente o no, normalmente en relación con la promoción de una determinada causa o punto de vista moral o político.
Aunque ninguno de estos fenómenos es nuevo, han adquirido una nueva importancia recientemente con la disponibilidad generalizada de formas sofisticadas de tecnología de la información y la comunicación. El intercambio de textos, imágenes, vídeos o enlaces en línea, por ejemplo, permite que la información se haga viral en cuestión de horas.
Dado que la tecnología de la información y la comunicación es tan central en sus vidas hoy en día, los jóvenes son especialmente vulnerables a la propaganda, la desinformación y las noticias falsas. Los jóvenes pasan gran parte de su tiempo viendo la televisión, jugando en línea, chateando, escribiendo en blogs, escuchando música, publicando fotos de sí mismos y buscando a otras personas con las que comunicarse en línea. Dependen en gran medida de la información que circula por Internet para conocer el mundo y percibir la realidad. Muchos padres no tienen la suficiente competencia técnica para seguir la actividad en línea de sus hijos, ni para educarlos sobre los riesgos a los que pueden enfrentarse. Los colegios, por tanto, tienen el deber de proporcionar a los jóvenes las habilidades críticas y de información a las que no pueden acceder en casa.
Ejemplos de noticias falsas
En la actualidad, los expertos recomiendan evitar el término “fake news”, o al menos limitar su uso, ya que el término “fake news” está estrechamente asociado a la política, y esta asociación puede restringir de forma poco útil el enfoque del tema. El término “información falsa” es preferible, ya que puede referirse a una gama diversa de desinformación que abarca temas como la salud, el medio ambiente y la economía en todas las plataformas y géneros, mientras que las “noticias falsas” se entienden más estrechamente como noticias políticas.
Muchas de las cosas que se leen en Internet, especialmente en las redes sociales, pueden parecer ciertas, pero a menudo no lo son. La información falsa son noticias, historias o bulos creados para desinformar o engañar deliberadamente a los lectores. Por lo general, estas historias se crean para influir en las opiniones de la gente, impulsar una agenda política o causar confusión, y a menudo pueden ser un negocio rentable para los editores en línea. La información falsa puede engañar a la gente aparentando ser sitios web de confianza o utilizando nombres y direcciones web similares a los de organizaciones de noticias acreditadas.
La información falsa no es nueva, sin embargo se ha convertido en un tema candente desde 2017. Tradicionalmente obteníamos nuestras noticias de fuentes de confianza, periodistas y medios de comunicación que están obligados a seguir estrictos códigos de prácticas. Sin embargo, Internet ha permitido una forma totalmente nueva de publicar, compartir y consumir información y noticias con muy poca regulación o normas editoriales.