Contenidos
Consejero seguridad ciudadana melilla
Ceuta y melilla
Antes de que amaneciera una mañana de enero en Melilla, una ciudad española flanqueada por el mar Mediterráneo a un lado y por colinas semiáridas al otro, el veterano policía de fronteras Sergio Márquez escuchó la llamada a través de la radio: “Activación de la valla, por favor verifique”.
Los sensores automáticos de este tramo de la frontera de España con Marruecos, un tramo de casi 11 kilómetros de barreras fortificadas que separan una minúscula mota de territorio de la Unión Europea en el norte de África, están lejos de ser perfectos. La frontera entre ambos países es una auténtica carrera de obstáculos para los miles de inmigrantes que intentan cruzarla cada año: Está formada por una trinchera y cuatro vallas, una en el lado marroquí y tres en el español, salpicadas de sensores activados por movimiento como el que alertó a Márquez aquella mañana de invierno. En teoría, los sensores constituyen una última línea de defensa para la policía española que vigila la frontera. Pero son muy delicados: a veces los activan los perros callejeros; otras veces, las fuerzas marroquíes del otro lado tocan inadvertidamente la valla y hacen que sus homólogos salgan corriendo.
Consejo de la unión europea
El Consejo de Europa (CdE) es una organización internacional fundada tras la Segunda Guerra Mundial para defender los derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho en Europa[3]. Fundada en 1949, cuenta con 47 Estados miembros, con una población de aproximadamente 820 millones de habitantes, y funciona con un presupuesto anual de unos 500 millones de euros[4].
La organización es distinta de la Unión Europea (UE) de 27 países, aunque a veces se confunde con ella, en parte porque la UE ha adoptado la bandera europea original que fue creada por el Consejo de Europa en 1955,[5] así como el himno europeo.[6] Ningún país se ha adherido a la UE sin pertenecer primero al Consejo de Europa.[7] El Consejo de Europa es un observador oficial de las Naciones Unidas.[8]
El Consejo de Europa no puede promulgar leyes vinculantes, pero tiene el poder de hacer cumplir determinados acuerdos internacionales alcanzados por los Estados europeos sobre diversos temas. El órgano más conocido del Consejo de Europa es el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que hace cumplir el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
La población de melilla
y un instrumento de castigo contra las protestas y movilizaciones pacíficas organizadas por el movimiento social, incluyendo campesinos, mineros, trabajadores agrícolas (región del Catatumbo), pueblos indígenas (Minga social Indigena), etc. causando más de 902 víctimas de violaciones de derechos humanos, y hasta 315 detenciones arbitrarias.
En la declaración del arzobispo de tanger que el pasado 7 de febrero llevo una delegación de migraciones a la manifestación celebrada en ceuta con motivo del primer aniversario de la tragedia del tarajal,
propicia a la utilización de sus instrumentos preventivos y sancionadores como elemento represivo en manifestaciones colectivas de descontento social hacia determinadas decisiones y políticas gubernamentales, incidiendo de manera excesiva y sobre todo desproporcionada en el ejercicio de derechos fundamentales como los previstos en los artículos 21 y 22 de la constitución.
ha sido interpretado de manera que propicia el uso de sus cláusulas preventivas y sancionadoras como medida represiva cuando se producen manifestaciones colectivas de descontento social contra determinadas decisiones y políticas gubernamentales, con una interferencia excesiva y, sobre todo, desproporcionada en el ejercicio de derechos fundamentales como los previstos en los artículos 21 y 22 de la constitución.
Población de ceuta y melilla
“Borra las fotos o vas al calabozo”. Fue el martes 31 de enero en el barrio chino de Melilla. Agentes del cuerpo de la Guardia Civil impidieron a un equipo de cinco personas de Irídia y Fotomovimiento hacer su trabajo. Habían acudido al lugar para documentar el trabajo de las llamadas “porteadoras”, en su mayoría mujeres, que cruzan la frontera llevando fardos de mercancías específicas entre Ceuta y Melilla y Marruecos. Cuatro de los integrantes del equipo fueron denunciados por desobediencia a la autoridad, lo que puede suponer multas de entre 600 euros y 30.000 euros cada una según la ley de seguridad ciudadana aprobada en 2015. Uno de los agentes amenazó amenazantemente a un fotógrafo con detenerlo si no se deshacía de las fotos que habían tomado: “Borra las fotos o te vas al calabozo”.
Esto no es nada nuevo para el equipo de observación. Llevaban sólo cuatro días allí y habían sido intimidados, seguidos e interrogados por la policía marroquí cuando cruzaron la frontera con la provincia de Nador. La diferencia en esta ocasión es que son las fuerzas de seguridad españolas las que les hacen la vida imposible.