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A quien beneficia el no votar
Beneficios de votar en una democracia
Los ejemplos y la perspectiva de este artículo se refieren principalmente a los Estados Unidos y no representan una visión mundial del tema. Puedes mejorar este artículo, debatir el tema en la página de discusión o crear un nuevo artículo, según corresponda. (Diciembre de 2016) (Aprende cómo y cuándo eliminar este mensaje de la plantilla)
En ciencia política, la apatía del votante es la falta de interés de los votantes en las elecciones de las democracias representativas[1][2][3][4] La apatía o la falta de interés de los votantes se cita a menudo como causa de la baja participación de los votantes elegibles[5][6][7] en las jurisdicciones en las que el voto es opcional, y el voto burro en las que el voto es obligatorio. Este fenómeno se produce en cierta medida en todos los países o entidades en los que los ciudadanos pueden votar. La apatía de los votantes ha provocado un aumento de la preocupación por las democracias representativas, ya que los resultados de las elecciones no abarcan a toda la población con derecho a voto. La fatiga del votante describe una posible causa de la apatía del votante, que son las elecciones que se celebran con demasiada frecuencia.
Consecuencias de no votar en filipinas
Historia del voto en Estados UnidosHoy en día, la mayoría de los ciudadanos estadounidenses mayores de 18 años tienen derecho a votar en las elecciones federales y estatales, pero el voto no siempre fue un derecho predeterminado para todos los estadounidenses. La Constitución de los Estados Unidos, tal como fue redactada originalmente, no definía específicamente quién podía o no podía votar, pero sí establecía cómo votaría el nuevo país.El artículo 1 de la Constitución determinaba que los miembros del Senado y de la Cámara de Representantes serían elegidos directamente por el voto popular. El presidente, sin embargo, no sería elegido por voto directo, sino por el Colegio Electoral. El Colegio Electoral asigna un número de votos representativos por estado, normalmente basado en la población del estado. Este método de elección indirecta se consideraba un equilibrio entre el voto popular y el uso de los representantes de un estado en el Congreso para elegir al presidente.Como la Constitución no decía específicamente quién podía votar, esta cuestión se dejó en gran medida en manos de los estados en el siglo XIX. En la mayoría de los casos, los hombres blancos propietarios de tierras tenían derecho a votar, mientras que las mujeres blancas, los negros y otros grupos desfavorecidos de la época estaban excluidos del voto (lo que se conoce como privación de derechos).
Por qué la gente no vota
En ciencias políticas, la participación de los votantes es el porcentaje de votantes elegibles que participaron en una elección (a menudo definidos como aquellos que emitieron una boleta). La elegibilidad varía según el país, y la población con derecho a voto no debe confundirse con la población adulta total.
Tras aumentar durante muchas décadas, desde los años 80 se observa una tendencia a la disminución de la participación electoral en la mayoría de las democracias establecidas[1][2] En general, la baja participación se atribuye a la desilusión, la indiferencia o la sensación de inutilidad (la percepción de que el voto de uno no marcará ninguna diferencia). Según los politólogos de la Universidad de Stanford Adam Bonica y Michael McFaul, existe un consenso entre los politólogos de que “las democracias funcionan mejor cuando vota más gente”[3].
La baja participación suele considerarse indeseable. Por ello, se han realizado muchos esfuerzos para aumentar la participación de los votantes y fomentar la participación en el proceso político. A pesar de que se ha estudiado mucho el tema, los estudiosos están divididos sobre las razones del descenso. Su causa se ha atribuido a una amplia gama de factores económicos, demográficos, culturales, tecnológicos e institucionales.
Ventajas de votar en las elecciones
La mayoría de los gobiernos democráticos consideran que participar en las elecciones nacionales es un derecho de la ciudadanía. Algunos consideran que la participación en las elecciones es también una responsabilidad cívica del ciudadano. En algunos países, en los que el voto se considera un deber, el voto en las elecciones se ha hecho obligatorio y se ha regulado en las constituciones nacionales y en las leyes electorales. Algunos países llegan a imponer sanciones a los no votantes.
El voto obligatorio no es un concepto nuevo. Algunos de los primeros países que introdujeron leyes de voto obligatorio fueron Bélgica en 1892, Argentina en 1914 y Australia en 1924. También hay ejemplos de países como Venezuela y los Países Bajos que en algún momento de su historia practicaron el voto obligatorio, pero que desde entonces lo han abolido.
Los defensores del voto obligatorio argumentan que las decisiones tomadas por los gobiernos elegidos democráticamente son más legítimas cuando participa una mayor proporción de la población. Sostienen además que el voto, voluntario o no, tiene un efecto educativo en los ciudadanos. Los partidos políticos pueden obtener beneficios económicos del voto obligatorio, ya que no tienen que gastar recursos para convencer al electorado de que debe acudir a votar en general. Por último, si la democracia es el gobierno del pueblo, lo que presumiblemente incluye a todas las personas, entonces es responsabilidad de cada ciudadano elegir a sus representantes.