Contenidos
Ideas principales de la democracia
8 características de la democracia
Democracia significa gobierno del pueblo o poder del pueblo. Una idea fundamental de la democracia es que la gran mayoría de los ciudadanos o residentes en un país deben tener la oportunidad de ejercer su influencia política, por ejemplo, mediante elecciones periódicas.
El derecho a expresar la propia opinión, por ejemplo en elecciones libres, es una condición previa para la democracia. Cuando votamos, elegimos los partidos y las personas que creemos que representarán mejor nuestras opiniones en el Riksdag, los municipios, los consejos comarcales y el Parlamento Europeo.
Otra idea fundamental de la democracia es que todos los seres humanos tienen el mismo valor y deben disfrutar de los mismos derechos. En una democracia, todo el mundo debe ser libre de sentir y creer lo que quiera y expresar sus opiniones abiertamente de palabra o por escrito.
Las democracias pueden funcionar de diferentes maneras y la forma de organizar el sistema democrático varía de un país a otro. La mayoría de los países democráticos tienen lo que se conoce como democracia representativa. Esto significa que los ciudadanos eligen a los políticos que les representarán y dirigirán el país en elecciones que se celebran periódicamente.
Importancia de la democracia
Los ejemplos y la perspectiva de este artículo se refieren principalmente a Europa y no representan una visión mundial del tema. Puedes mejorar este artículo, debatir el tema en la página de discusión o crear un nuevo artículo, según corresponda. (Marzo de 2019) (Aprende cómo y cuándo eliminar este mensaje de la plantilla)
La democracia se asocia generalmente con los esfuerzos de los antiguos griegos, que fueron considerados a su vez los fundadores de la civilización occidental por los intelectuales del siglo XVIII que intentaron aprovechar estos primeros experimentos democráticos para crear un nuevo modelo de organización política posmonárquica[2] La medida en que estos renovadores democráticos del siglo XVIII lograron convertir los ideales democráticos de los antiguos griegos en la institución política dominante de los siguientes 300 años es difícilmente discutible, aunque las justificaciones morales que a menudo emplearon puedan serlo. No obstante, la coyuntura histórica crítica catalizada por la resurrección de los ideales y las instituciones democráticas transformó fundamentalmente los siglos posteriores y ha dominado el panorama internacional desde el desmantelamiento del último vestigio de imperio tras el final de la Segunda Guerra Mundial.
Gobierno de la democracia
La democracia liberal, también denominada democracia occidental, es la combinación de una ideología política liberal que opera bajo una forma de gobierno democrática indirecta. Se caracteriza por la celebración de elecciones entre múltiples partidos políticos distintos, la separación de poderes en diferentes ramas del gobierno, el imperio de la ley en la vida cotidiana como parte de una sociedad abierta, una economía de mercado con propiedad privada y la protección igualitaria de los derechos humanos, los derechos civiles, las libertades civiles y las libertades políticas para todas las personas. Para definir el sistema en la práctica, las democracias liberales suelen recurrir a una constitución, codificada (como en Estados Unidos)[1] o no codificada (como en el Reino Unido), para delimitar los poderes del gobierno y consagrar el contrato social. Tras un periodo de expansión en la segunda mitad del siglo XX, la democracia liberal se convirtió en un sistema político predominante en el mundo[2].
La democracia liberal tiene sus orígenes -y su nombre- en el siglo XVIII europeo, también conocido como el Siglo de las Luces. En aquella época, la gran mayoría de los estados europeos eran monarquías, con el poder político en manos del monarca o de la aristocracia. La posibilidad de la democracia no había sido una teoría política seriamente considerada desde la antigüedad clásica y la creencia generalizada era que las democracias serían inherentemente inestables y caóticas en sus políticas debido a los caprichos cambiantes del pueblo. Además, se creía que la democracia era contraria a la naturaleza humana, ya que se consideraba que los seres humanos eran intrínsecamente malvados, violentos y necesitaban un líder fuerte que frenara sus impulsos destructivos. Muchos monarcas europeos sostenían que su poder había sido ordenado por Dios y que cuestionar su derecho a gobernar equivalía a una blasfemia.
Tipos de democracia
Ideales democráticos es una expresión utilizada para referirse a las cualidades personales o a las normas de comportamiento del gobierno que se consideran esenciales para la continuidad de una política democrática. Los defensores de causas de todo el espectro político utilizan esta expresión para tratar de persuadir, sobre todo al contrastar alguna situación que se ha permitido que continúe por razones pragmáticas o sociales, pero que los que abogan por una oportunidad, y esa igualdad es un ideal democrático. Otras veces, los defensores de una u otra perspectiva política utilizarán la expresión para dinamizar el apoyo entre sus electores, a pesar de saber que sus adversarios políticos utilizan precisamente la misma frase para hacer precisamente lo mismo[1][2].
En los textos históricos, la frase se utiliza a menudo para denotar aspiraciones o normas de comportamiento, independientes de una democracia en funcionamiento, como el igualitarismo, el autogobierno, la autodeterminación y la libertad de conciencia.