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Que es divagar mentalmente
Síndrome de la mente errante
A todos nos ha pasado. Estás sentado en una reunión o en una clase, supuestamente prestando atención, pero tu mente hace tiempo que se ha desviado, haciendo una lista de todas las cosas que tienes que hacer, o que podrías hacer si no estuvieras atrapado aquí…
De repente te das cuenta de que todos te miran expectantes, esperando una respuesta. Pero tú te quedas con la mirada perdida, agarrándote a un clavo ardiendo para dar una respuesta medio coherente. La maldición de la mente errante.
Pero no te preocupes, no estás solo. De hecho, en un estudio reciente realizado por Matthew Killingsworth y Daniel Gilbert se tomaron muestras de más de 2.000 adultos durante sus actividades cotidianas y se descubrió que el 47% de las veces, sus mentes no estaban concentradas en lo que estaban haciendo en ese momento. Y lo que es más sorprendente, cuando la mente de las personas divagaba, decían ser menos felices.
Esto sugiere que sería bueno encontrar formas de reducir estas distracciones mentales y mejorar nuestra capacidad de concentración. Irónicamente, el propio vagabundeo mental puede ayudar a fortalecer nuestra capacidad de concentración, si se aprovecha adecuadamente. Esto puede conseguirse mediante una habilidad milenaria: la meditación. De hecho, una nueva oleada de investigaciones revela lo que ocurre en nuestro cerebro cuando nuestra mente divaga, y arroja luz sobre la gran cantidad de beneficios cognitivos y emocionales que conlleva una mayor concentración.
Ansiedad de vagabundeo mental
Tara Moore via Getty ImagesEl vagabundeo mental tiene similitudes con los procesos de pensamiento que subyacen al TDAH, la ansiedad y la creatividad. Aunque no te consideres una persona que sueña despierta, probablemente pases mucho tiempo en un estado de vagabundeo mental: es natural que tu mente se aleje del momento presente cuando estás en la ducha, caminando hacia el trabajo o lavando los platos. En los últimos años, los científicos han prestado mucha más atención al vagabundeo mental, una actividad que ocupa hasta el 50% de nuestras horas de vigilia. Hasta ahora, los psicólogos solían considerar que vagar por la mente era en gran medida inútil, pero un nuevo conjunto de investigaciones sugiere que es una parte natural y saludable de nuestra vida mental.Advertisement
Investigadores de la Universidad de la Columbia Británica y de la Universidad de California, Berkeley, realizaron una revisión de más de 200 estudios para poner de manifiesto la relación entre el vagabundeo mental -a menudo definido en la literatura psicológica como “pensamiento no relacionado con la tarea”, o TUT- y los procesos de pensamiento implicados en la creatividad y en algunas enfermedades mentales, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, la ansiedad y la depresión. “A veces, la mente se mueve libremente de una idea a otra, pero otras veces vuelve a la misma idea, atraída por alguna preocupación o emoción”, dijo en un comunicado la Dra. Kalina Christoff, autora principal del estudio e investigadora del Laboratorio de Neurociencia Cognitiva del Pensamiento de la UBC. “Entender qué hace que el pensamiento sea libre y qué lo limita es crucial porque puede ayudarnos a entender cómo se mueven los pensamientos en las mentes de los diagnosticados con enfermedades mentales”, dijo.El papel de una mente errantePublicidad
Beneficios de la vagabundeo mental
La evasión mental es un término amplio que no tiene una definición universal. Según McMillan, Kaufmann y Singer (2013), el vagabundeo mental consta de tres subtipos diferentes: ensoñación constructiva positiva, miedo culpable al fracaso y control atencional deficiente. Mientras que Smallwood y Schooler (2015) sugieren que el vagabundeo mental consiste en pensamientos que no están relacionados con la tarea y son independientes del estímulo. En general, una explicación popular del vagabundeo mental podría describirse como la experiencia de pensamientos que no permanecen en un solo tema durante un largo período de tiempo, en particular cuando las personas se dedican a una tarea que exige atención[1].
El vagabundeo mental tiende a producirse cuando se conduce. Esto se debe a que, en condiciones óptimas, conducir se convierte en una actividad casi automática que puede requerir un uso mínimo de la red positiva de la tarea,[2] la red cerebral que se activa cuando se realiza una actividad que exige atención. En situaciones en las que la vigilancia es baja, las personas no recuerdan lo que ha ocurrido en el entorno porque están preocupadas por sus pensamientos. Esto se conoce como la hipótesis del desacoplamiento[3]. Los estudios que utilizan potenciales relacionados con eventos (ERPs) han cuantificado hasta qué punto el vagabundeo mental reduce el procesamiento cortical del entorno externo. Cuando los pensamientos no están relacionados con la tarea que se está llevando a cabo, el cerebro procesa tanto la información sensorial relevante para la tarea como la que no lo está de forma menos detallada[4][5][6].
Cómo dejar de vagar por la mente
Una característica única de los seres humanos es nuestra capacidad de vagar por la mente: se trata de periodos de tiempo en los que nuestra atención se aleja de la tarea que estamos realizando para centrarse en pensamientos que no están relacionados con ella. El vagabundeo mental tiene algunos beneficios, como el aumento de la creatividad, pero también tiene algunas consecuencias negativas, como los errores en la tarea que se supone que estamos realizando. Curiosamente, pasamos hasta la mitad de nuestras horas de vigilia divagando mentalmente. ¿Cómo nos ayuda el cerebro a conseguirlo? Las investigaciones sugieren que cuando divagamos mentalmente, nuestras respuestas a la información del mundo exterior que nos rodea se ven alteradas. En otras palabras, los recursos de nuestro cerebro dejan de procesar la información del entorno externo y se redirigen a nuestro mundo interno, lo que nos permite vagar mentalmente a otro tiempo y lugar. Aunque prestemos menos atención al mundo exterior durante el vagabundeo mental, nuestra capacidad para detectar acontecimientos inesperados en nuestro entorno se mantiene. Esto sugiere que somos bastante inteligentes en cuanto a lo que ignoramos o a lo que prestamos atención en el entorno externo, incluso cuando divagamos mentalmente.